El martes, a los 84 años, falleció Antonio Gasalla; uno de los referentes más importantes de la cultura nacional, destacado en cine, teatro y televisión con más de 60 años de trayectoria.
Durante estos días, su figura es recordada por todo el país y en medios de comunicación de todo tipo se relatan anécdotas y hechos relacionados con su persona.
En ese contexto, los pergaminenses recordaron la llegada de Gasalla a Pergamino: fue en 2004 con su obra "Monólogos de la Endorfina", durante una gira por el interior que había empezado en Olavarría y que Antonio, en ese entonces de 63 años, encabezaba con el espíritu infatigable que siempre lo caracterizó, recorriendo ciudades y presentando su espectáculo.
La presentación, una fría noche de junio hace casi 21 años, fue en el salón de la Escuela Técnica Nº 1 "Bartolomé Mitre" (ex Industrial), que en ese entonces era un punto habitual para la presentación de eventos y obras teatrales.
En ese contexto, Antonio llegaba a Pergamino con grandes espectativas; el actor había dejado sus exitosos ciclos televisivos y se había lanzado a la aventura teatral por todo el país, también con gran éxito, llenando salas y cosechando ovaciones.
A sala llena, Gasalla brindó un gran espectáculo y los pergaminenses que pudieron asistir disfrutaron de un actor maduro pero con total lucidez y conexión con la realidad de esa época.
Así lo recordó en sus redes sociales el destacado guitarrista local Joaquín Medrán, que estuvo presente aquella noche y lo relató de la siguiente manera:
"Apenas me bajo del remis lo veo justo en la puerta de entrada; y ciando me acerco a saludarlo me dice 'no, yo soy Carlos, el hermano de Antonio'. Más parecido no podía ser y hasta ese momento yo no sabía que él tenía un hermano.
"Nunca me reí tanto con un espectáculo como ese día; al verlo con el histrionismo que manejaba en sus personajes, sobre todo la manera en la que dominaba y articulaba el aire y la respiración al hablar durante su actuación.
Cuando terminó el show, me quedé conversando con mi amigo Eduardo Ubillos (encargado del sonido) y al ratito, cuando ya había salido el público de la sala, ví que salía Antonio escoltado por su grupo de trabajo y entonces me acerqué a saludarlo, sabiendo que en determinados momentos no había sido muy amable con algunos periodistas.
"Recuerdo que le dije 'Antonio, te quería saludar y decirte que siempre te miramos en casa con mis viejos y ya desde chiquito me hacías reir ctodos los viernes con El Palacio de la Risa'. El me contestó 'Y cuántos años tenés?' En ese entonces tenía 19 y charlando un poco más se sorprendió porque su público abarcaba tal vez otro rango etario.
"Me trató muy amablemente, siempre con una sonrisa y lo acompañamos hasta la puerta de salida de la escuela" finalizó el guitarrista.
Seguramente muchos tendrán un recuerdo amable para alguien que hizo reír, durante tantos años, a toda la sociedad argentina.
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